El objetivo del cirujano durante la miomectomía es extraer los fibromas que causan síntomas y reconstruir el útero. A diferencia de una histerectomía, en la que se extirpa todo el útero, en una miomectomía se extirpan solo los fibromas y se deja el útero.
Las mujeres que se someten a una miomectomía presentan mejoras en los síntomas de fibromas, entre ellas, una disminución del sangrado menstrual intenso y de la presión pélvica.